El grafiti más caro del mundo
David Choe, nacido en Los Ángeles en 1976 es hijo de inmigrantes coreanos. Choe declaró a la revista online Pixelsurgeon que empezó en el mundo del grafiti cuando alguien le recomendó que canalizara su furia juvenil en la pintura. Era un iconoclasta, como ocurre frecuentemente a otros muchos jóvenes. Empezó embadurnando con spray los bancos de las paradas de autobuses, siguió con las paredes del metro, y hasta tuvo algunos encargos, especialmente pintando chicas en posiciones eróticas. Su inconformidad con la sociedad, le creó más de un disgusto: "Tenía un odio exacerbado a todos aquellos que no entendía la humildad, se sentían fuertes y poderosos, me molestaban muchas cosas que veía y me producía un resquemor que yo canalizaba a la violencia, era un anarquista...", declara Choe en la entrevista en Pixelsurgeon.
Todos estos elementos le hicieron vivir a David Choe en el centro de Los Ángeles, en sus congestionadas calles, pintando todo lo que podía, no hacía nada extraordinario que otros artistas del grafiti. Sus trabajos se perdían en un mar grafitero sin fin... Pero su mayor apuesta vino después, cuando el presidente de una compañía que empezaba en Palo Alto, California necesitaba decorar la oficina de la empresa. En su trabajo, Choe empleó su estilo colorido de caras de ojos rasgados y estilizadas figuras, pero también utilizando elementos con brocha "superflat" que usaba el artista japonés Takashi Murakani en algunos de sus bocetos. Figuras cósmicas, surrealistas, sin patrón... Un ejercicio de libertad artística.
7 años atrás, unos chicos jóvenes contrataron a David Choe para que pintara grafitis de los suyos (vivos colores, caras que se tocan y salen de plantas extrañas) en las paredes blancas de una compañía que había sido creada hace poco. Se puso a pintar las paredes, y cuando terminó de hacer su trabajo, fue felicitado por los chicos que lo contrataron por el buen trabajo que había realizado. Les gustó y, a la hora de pagar, el jefe de la nueva empresa, un chico llamado Mark Zuckerberg, le preguntó: "Oye David, ¿prefieres que te pague en efectivo, cheque o deseas obtener algunas acciones en bolsa de nuestra empresa?". "Bueno, no sé... Dame las acciones", se decidió al final Choe. David Choe, de ascendencia coreana, ni siquiera preguntó por el nombre de la compañía, pero pasando un tiempo se dio cuenta de que aquella empresa se llamaba Facebook Corp. Los chicos de la empresa le dieron un pequeño porcentaje en acciones de la nueva compañía 0,02%. El pasado 1 de febrero Facebook anunció que entraba en bolsa con un estimado de 100.000 millones de dólares. Así que haciendo sencillos cálculos, el valor que tiene Choe en Facebook es de aproximadamente 200 millones de dólares.
Desde hace muy poco, el mural de Choe es parte del recorrido turístico de Facebook en Silicon Valley. La gente acude a ver como son los grafitis de los 200 millones de dólares, los más caros jamás pintado en el mundo.
Fuente: LaVanguardia.com
0 personas han comentado:
Publicar un comentario