La depresión es un trastorno del estado de ánimo, ya sea desde el punto de vista de la psicología o desde el punto de vista de la psiquiatría, pero siempre dentro del ámbito de la psicopatología. Según el modelo médico, la psiquiatría la describe como un trastorno del estado de ánimo y su síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente.
La depresión es algo más que un pasajero sentimiento de infelicidad o hastío. La enfermedad afecta a la gente de diversas maneras, sus síntomas van desde sentimientos de permanente consternación y desesperanza a la pérdida de interés en las cosas que se disfrutaban antes, a lo que se agregan estados de temor o ansiedad. También pueden aparecer síntomas físicos tales como estar constantemente cansado, dormir mal, perder el apetito o el impulso sexual, y dolores físicos de todo tipo.
Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 120 millones de personas en todo el mundo. Se estima que una de cada cuatro personas, en algún punto de la vida, experimentará algún tipo de enfermedad de tipo mental, de una severidad variable. La depresión se da en la mujer con una frecuencia que es casi el doble de la del varón. Quizás factores hormonales (cambios del ciclo menstrual, el embarazo, el aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la menopausia) podrían contribuir a la tasa más alta de depresión en la mujer.
"Cualquiera puede enfermar de depresión"- dice Jane Harris, Directora Asociada de Rethink Mental Illness, una organización destinada a lograr una reapreciación de las enfermedades mentales. "No sólo es la gente del primer plano, las celebridades, la gente rica. La depresión no conoce fronteras sociales ni edades. Se enferman los pobres, los ricos, los jóvenes, los ancianos, y es una enfermedad grave, pero que tiene solución."
Muchas personas se deprimen ante experiencias perturbadoras de la vida -como la ruptura de un matrimonio, la pérdida de un trabajo o la muerte de un familiar-. Sin embargo, otras personas no se deprimen y es porque poseen una cualidad que en psiquiatría se conoce como "resiliencia". La academia de la lengua define el término como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.
De acuerdo con la doctora Rebecca Elliott, psicóloga de la Universidad de Manchester, todas las personas están situadas en algún lugar de la escala: "En un extremo hay personas que son muy vulnerables. Enfrentadas a situaciones bajas de estrés, o ninguno en absoluto, van a desarrollar un problema de salud mental. En el otro extremo, hay personas que han tenido experiencias muy terribles, y sin embargo permanecen positivas y optimistas". La mayoría de nosotros, piensa la doctora de la universidad británica, está más o menos en el medio de la escala.
La investigación aún no ha concluido, por lo que Rebecca Elliott no puede decir si los distintos grupos ponen en juego diferentes funciones cerebrales. Pero hay indicios alentadores como la correlación encontrada entre las mediciones de la resistencia psicológica de los sujetos y cómo se comportan en algunas de las pruebas. "Por ejemplo, nuestros datos preliminares sugieren que las personas más resistentes son más propensas a reconocer las caras felices y menos propensas a reconocer las caras tristes o temerosas. Las personas más resistente recuerdan mejor las palabras y fotografías positivas". En términos generales, se espera que la comprensión de la actividad del cerebro que genera resiliencia pueda ofrecer indicaciones que conduzcan a nuevos tratamientos o mejores maneras de usar los ya existentes.
Fuente: Wikipedia / BBC Mundo
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