- Hidratante para la cara: no podemos comenzar sin tener la piel debidamente preparada. Lo esencial es hidratar la piel para que sea el lienzo perfecto que soportará la base de maquillaje y el blush. Con una buena hidratación, el maquillaje permanecerá más tiempo inalterado.
- Base y corrector: el siguiente paso es unificar el tono, para lo cual necesitaremos una base de maquillaje y un corrector de defectos. Recuerda elegirla de acuerdo a tu tipo de piel (grasa, seca, normal). Trata de no abusar del corrector de defectos para que no parezcas un mapache.
- Blush: una vez unificado el tono no podemos terminar la tez sin aplicar el toque de rubor. Así, damos forma al rostro y acentuamos nuestros mejores rasgos.
- Base para párpados: la sombra de ojos cuarteada al poco tiempo de aplicarla es de lo más incómodo que nos puede pasar al maquillarnos. Para evitar esto, puedes usar una base para los párpados, así se alisará esa área y se fijará mejor la sombra.
- Sombra de ojos: cuando compres sombras de ojos, la recomendación es que lo hagas siempre en dúos. Porque así las puedes combinar y, si no quieres, tienes dos sombras de ojos casi por el precio de uno. Trata de escoger tonos que vayan de acuerdo a tu tono de piel y a tu color de ojos.
- Humectante de labios: antes de aplicar el labial, no está de más preparar los labios con un bálsamo labial. Nutre, aporta más volumen y suaviza los labios.
- Rímel: el toque final para tus ojos es la máscara de pestañas. ¿Por qué después de la sombra?. Porque si no, lo cubrirás con el color y no se verá el perfilado negro.
- Labial: dejamos los labios para el final para que no se desmaquillen.
Fuente: CosmoHispano.com
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