- Has sido su única novia: si tú eres o él es tu primer amor, puede ser que después de años de matrimonio te des cuenta que ambos tienen muchas cosas por vivir y descubrir. Aunque los primeros amores siempre dejan huella no quiere decir que sean definitivos.
- ¿Te fue infiel y lo perdonaste?: los hombres infieles parecen que tuvieran una adicción y si se recuperan, tarde o temprano vuelven a caer. Aunque algunos prueban otros tipos de amor y se dan cuenta de lo que realmente quieren, otros siempre están buscando algo más. Evalúa las razones de la infidelidad y piensa que cuando eso ocurre, algo falta en la relación y no es una buena señal.
- Esperas que cambie después del matrimonio: sus defectos son innumerables y si te pones a ver tal vez no te guste nada de él, pero tienes la esperanza de que cambie o más bien moldearlo para que se convierta en tu hombre perfecto. ¡No te equivoques! Nadie cambia por otra persona y si lo hace no va hacer porque tú se lo pidas o exijas sino porque la vida da lecciones que nos hace cambiar.
- Te grita y en el peor de los casos te ha golpeado: un hombre agresivo no merece segundas oportunidades, pero si ya se la diste, no caigas en el error de casarte con él. Cuanto te cases la unión entre ustedes será aún más fuerte y él puede caer en el terrible error de pensar que tú le perteneces y puede hacer lo que quiera. ¡Si se atrevió como novio no lo dudará siendo tu esposo!
- Nunca expresa sus sentimientos: no te atrevas a casarte con un hombre que nunca te ha dicho ni demostrado su amor, tus razones para casarte con él pueden ser innumerables como conveniencia, darle gusto a tu familia o simplemente porque tú sí lo amas; pero si él no siente lo mismo por ti, no tendrás bases para construir una vida en común.
- Lo que más te atrae de él es su físico: está bien que todo entra por los ojos y si vas a salir con alguien por primera vez, no tiene nada de malo que lo que más importe sea su apariencia. Pero si quieres empezar una familia con alguien sólo porque te encanta su atractivo, estarás cometiendo uno de los errores más graves y comunes que es dejarte llevar por la apariencia sin mirar su interior, que al final es lo que importa y más si es el elegido.
- Es tacaño: en todo el tiempo que llevas saliendo con él jamás te ha hecho una invitación formal a nada, máximo él ha pagado su propia cuenta y con eso se siente el hombre más generoso del mundo. Si ese es tu caso, no comentas el error de casarte pues tendrán fuertes discusiones a causa del dinero. En el matrimonio no se vive de sólo amor.
- Sólo se entienden en la cama: esta muy bien que el sexo entre ustedes sea perfecto, pero cuando es hora de compartir, hablar y apoyarse también deben ser compatibles. ¡Cuidado porque para casarse se necesita mucho más que pasión!.
- Piensas que si no es con él, no es con nadie: busca la persona ideal para ti, la idea de compartir la vida con alguien debe ser porque lo amas y estás dispuesta a realizar muchos sacrificios por esa persona y si terminas con el primer aparecido jamás lo lograrás.
- Su relación es de amores y odios: tienes tantos momentos de pasión, felicidad y amor como reclamos, celos y peleas. Cuando estás bien con él te sientes en el paraíso pero hay momentos en los que ambos parecen haber caído al infierno. Estos extremos no son señal de una relación sana y en el matrimonio todo puede empeorar. Encuentra estabilidad antes de dar el gran paso.
- No trabaja ni tiene planes de hacerlo: en pocas palabras es un vago, bueno para nada que no le interesa realizarse profesionalmente. Si quieres convertirte en su mamá cásate con él, pero si lo que quieres es un compañero, él no es el indicado.
- No te llevas bien con su familia: aunque muchas veces nos rehusamos a esta realidad, definitivamente su familia una vez casados, será también tu familia. Antes de dar el sí, trata de llevarte bien con ellos pero si el problema es insuperable replantea la situación.
- Ven la vida de otra manera: tú quieres una familia grande con muchos hijos pero él no quiere tener niños, o eres de una religión muy estricta y él es de otra con unas creencias muy diferentes a la tuyas, en conclusión, tienen un proyecto de vida diferente. Pues antes de llegar al altar hablen sobre los sacrificios que ambos deben hacer y piensen si ambos están dispuestos a tener una nueva vida.
Fuente: Terra.com
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