- Entérate de todo: hay empresas y sectores que gozan de buena "salud" económica y estabilidad laboral. Por eso, antes de que se te contagie el bajo estado de ánimo de la nación, investiga hasta qué punto afecta la crisis a tu empresa, acudiendo a las asociaciones profesionales y leyendo la prensa especializada.
- Ve el panorama: algunos dicen que hay 3 síntomas inequívocos de que puedes perder tu trabajo.
- Eliminar gastos: el primer signo de muerte empresarial es que se adquieran materiales de peor calidad y se prescinda de ciertas herramientas.
- Recorte de personal: es normal despedir a altos cargos para reajustar estrategias, pero si se prescinde del personal de limpieza, es malo, malo.
- Los jefes se ponen a trabajar frenéticamente: si de pronto empiezan a hacer horas extra, prepárate para lo peor.
- Ten un "As" bajo la manga: para evitar que te sitúen en la lista de candidatos a abandonar la nave, usa la frase mágica: "Quiero hacer que esto funcione", sugiere Deborah Brown-Volkman, una orientadora profesional estadounidense. Se trata de dejar claro que estás comprometida en encontrar una solución que ayude a la compañía. Lo peor que puedes hacer es decir que no sabes qué hacer para solucionar las cosas. Piensa fórmulas que beneficien a la empresa, sean del estilo y el nivel que sean. Lo mismo si trabajas en una zapatería como en un banco, siempre debes tener listas un par de ideas.
- Autoanalízate: sé honesta contigo misma y evalúa la labor que estás haciendo. Cómo hacerlo?
- Revisa tu trabajo y sé objetiv@: haz el ejercicio de imaginar a tu jefe y al gerente de Recursos Humanos sentados en un despacho opinando sobre los empleados. ¿Qué crees que dirían sobre ti? y ¿hasta qué punto piensas que valoran tu trabajo?.
- Haz una lista con los puntos fuertes: de tu personalidad, tu currículum, tu aportación a la empresa, etc. Y otra con los puntos débiles. Enfréntalas y saca conclusiones. Seguramente podrás mejorar varios aspectos.
- Véndete: No hace falta que camines con un letrero que diga "Soy Genial", pero sí hacer saber a quien corresponda lo (mucho y bueno) que haces para no perder el trabajo. ¿Qué tal si envías cada 15 días un informe a tu jefe con aquello en lo que estás trabajando?.
Si ya no aguantas más la presión, sabes que te van a despedir, no quieres prolongar la agonía y decides ser tú quien les plante a ellos, espera un poco!!! De otra manera anularías la posibilidad de recibir una indemnización y el paro forzoso. Ten paciencia.
Fuente: CosmoHispano.com
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